Tujami - Francisco Russo

LOS RECUERDOS DE UN GUERRERO

Resultado de imagen para tujami francisco russo

Los temas de la guerra y la patria, estrechamente unidos, son en Emiliano R. Fernández -nacido el 8 de agosto de 1894 y fallecido el 15 de setiembre de 1949 en Asunción- recurrentes. Buena parte de su producción poética se inspira en el fragor bélico que rodea a la Guerra Guasu y a la Guerra del Chaco.

El poeta no guarda distancia cuando aborda lo que para él es un valor supremo. Tampoco asume una postura crítica sino que adopta como íntimamente suyo aquello que relata o describe con la energía de su vigoroso verbo puesto al servicio de sus ideas.

En Tujami enciende el fuego de su fervor por todo cuanto signifique coraje y heroísmo. Aquí el protagonista es un excombatiente de la Guerra del Setenta. Lo encuentra en el camino y entabla con él un diálogo que, a ratos, es un monólogo del que peleó en las arduas batallas libradas contra brasileños, argentinos, uruguayos e, incluso paraguayos alistados en las filas enemigas, los que integraban la Legión Paraguaya.

Las pistas para conocer datos acerca de esos versos están dentro de la misma obra. Las referencias que Emiliano da con respecto al sobreviviente permiten concluir que la obra pudo haber sido escrita en 1931. El autor reproduce lo dicho por su interlocutor en la quinta estrofa y proporciona la primera pista temporal que es posible seguir: guerra oñepyrûvo che veinte áño aroguata. Significa que había nacido en 1845 puesto que los combates de la Guerra Grande comenzaron en 1865.

Otro rastro del tiempo ofrece Emiliano cuando, en la última cuarteta, afirma: ha nde avei rejuhúma ochenta y séi añohápe/ nde loátava ipurahéipe petei mitâ pyahu.

Atendiendo al dato inicial de los veinte años y al posterior de los ochenta y seis que el ex-soldado tenía cuando se produjo el encuentro, es posible deducir que el poema fue escrito en 1931. La música que le puso Andrés Cuenca Saldívar pudo haber sido ya después de la Guerra contra Bolivia que ya al año siguiente se desata.

La versión que en esta página se reproduce tiene 16 estrofas. Sin embargo, en las grabaciones su extensión varía así como el orden de las estrofas. Incluso, se observan «intervenciones» a la letra ya sea para acomodar a la melodía o para «corregir». Para muestra, baste un botón: en la segunda estrofa, segundo verso, el original -o, al menos, lo que parece ser atendiendo al dominio del guaraní que Emiliano poseía- dice: aipe'áma che akâo. La versión de los «correctores» reproduce: che sombrero aipe'ávo. El vocablo akâo (akâ ao, la ropa que la cabeza lleva) era de dominio público. Sombrero es un hispanismo que, con el correr del tiempo, fue sepultando a aquélla. En tiempos de Emiliano, sin embargo, tuvo que haber sido del conocimiento de muchos todavía.

Más allá de estas observaciones Tujami retrata al anciano que rememora sus vivencias de combatiente y abriga una esperanza

-¿vana?- en los «señores de la ciudad», políticos de promesa fácil, pero de palabras volátiles.





Fuente de texto: Portal Guarani

Hekovia techaga'u - Marco de Brix

EPIFANIO MÉNDEZ FLEITAS había nacido en la compañía San Solano, del distrito de San Pedro del Paraná (departamento de Itapúa) el 7 de abril de 1917. Allí, junto a sus padres -PRUDENCIO MÉNDEZ y ROSA CATALINA FLEITAS- correteó en libertad por los aires que olían a aguaceros y azucenas.


Resultado de imagen para Hekovia techaga'u

Sus compañeros de escuela y de juegos fueron sus primeros amigos. Ya desde corta edad se perfilaba como líder, siempre solidario con los que compartían las diversiones infantiles.

Cuando los tambores de la Guerra del Chaco llamaron a los combatientes, Epifanio -con sus 15 años-, se presentó a la Sanidad Militar en Asunción. Como voluntario, a lo largo de la contienda, estuvo a orillas de la agonía y la esperanza de los soldados.

Cuando los cañones dejaron de tronar, aquel joven deseoso de estudiar y progresar ancló en Villarrica. Allí, a la par de trabajar para ganar el sustento diario, hizo la secundaria en un abrir y cerrar de ojos: en un año terminó lo que otros concluían en tres.

Militando dentro del Partido Colorado se había sumado a las luchas populares de la post-guerra. En 1941 sufrió su primer exilio. Tras su retorno, dedicado a la docencia y a actividades políticas, se afianzó como dirigente. En la guerra civil de 1947 se alistó en las fuerzas gubernistas.

Luego de la revolución, fue electo para ocupar una banca en el parlamento unicameral vigente entonces. En el gobierno de FEDERICO CHÁVEZ, fue primero Jefe de Policía -hasta 1952- y luego presidente del Banco Central, hasta su destierro en 1955.

En medio del fragor político, Epifanio no descuidaba su vocación por la música y la palabra escrita. Entre 1952 y 1953 compuso la música de HEKOVÍA TECHAGA'U. La letra es de MAURICIO CARDOZO OCAMPO. La añoranza se transmuta en alegría cuando la ausencia se convierte en presencia ante todo lo amado y extrañado desde la distancia.

"Por aquellos tiempos papá viajaba mucho a Buenos Aires. Andaba con la firma de convenios. Como era muy sensible a la añoranza de sus compatriotas y él mismo sentía nostalgia de San Solano -donde iba a menudo-, creó HEKOVÍA TECHAGA'U. La música es de él y la letra de MAURICIO CARDOZO OCAMPO", cuenta BERNARDINO MÉNDEZ VALL, hijo de Epifanio.

"San Solano, sin duda, es la que le motivó para esa obra. Todo lo que decía formaba parte del ambiente en el que vivió su infancia y parte de su adolescencia", complementa VICTORINO VELÁZQUEZ, amigo del político artista al que el dictador ALFREDO STROESSNER obligó a morir en el exilio el 22 de noviembre de 1985 en Buenos Aires. No era bueno para sus ambiciones que un competidor demasiado popular estuviera en el Paraguay.

"La obra tuvo que haber sido terminada por papá y EPIFANIO MÉNDEZ FLEITAS alrededor de 1954. Ese es el año en que nosotros retornamos fugazmente al Paraguay. Él abrió el restaurant Solar Guaraní -que estaba sobre Mariscal López, donde hoy está el Colegio Santa Clara y allí concurrían los poetas y músicos. Obviamente uno de ellos era su coautor en Hekovia techaga'u. Nosotros estuvimos en Asunción hasta 1957. Papá y mamá volvieron a Buenos Aires junto a nosotros al año siguiente", menciona, en tanto, Aníbal Cardozo Ocampo, hijo del inolvidable don Mauricio.


Fuente: Portal Guarani