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Ingratitud - Juan Carlos Oviedo y Los Hnos. Acuña

INGRATITUD (A UNA INGRATA)

Letra : EMILIANO R. FERNÁNDEZ
Música : ANDRÉS CUENCA SALDÍVAR


ENCUENTRO ENTRE UN POETA Y UN GUAINO COMPOSITOR

-Ajuhu che ra'y ko letra pe aikoha rupi ha agueru ndéve (Encontré esta letra andando y te traje)-, le anunció BONIFACIO CUENCA a su hijo ANDRÉS CUENCA SALDÍVAR en Alfonso Tranquera, departamento de la Cordillera.

Andrés, feliz de la vida, según cuenta su sobrino VIDAL CABAÑAS SALDÍVAR (JOHNNY WALKER), se apartó en un rincón de su casa. Extasiado leyó la poesía y, mecánicamente, le fue poniendo melodía en su interior. No tendría más de 15 años entonces y ya era músico hecho y derecho, además de compositor. A UNA INGRATA se llamaba la obra escrita en una hoja de cuaderno. Luego, la intervención popular le llamaría INGRATITUD.

Don Bonifacio tenía una chata en la que, desde el río Yhaguy, pasando por el Manduvirá, transportaba por el río Paraguay -llegando hasta ltapirú, ya muy al sur-, esencia de petit grain, raja y carbón. En uno de los puertos, alguien le copió la letra que le había traído a su hijo con la secreta intención de que le gustara y le pusiera música.

En Benjamín Aceval acaba de terminar una carrera de caballos. El afamado guaino Andrés Cuenca Saldívar, se había olvidado ya de la presión recibida, de la corrida oreja a oreja del tramo final y de la victoria obtenida. Está en una cantina de los alrededores de la cancha, entregado a su otra pasión: la música.

Cuando termina de cantar, un hombre flaco y desgarbado, vestido de militar, lo retiene.

- Mávapa nde, mitã (Quién eres, mi hijo) -interroga el hombre

- Che hína Cuenca -replica el muchacho sin sorpresa –

- Mba'e valle (De qué lugar)

- Che hína Alfonso Tranqueraygua (Soy de Alfonso Tranquera)

- Mba'éicha rupi repurahéi A una ingrata (Cómo es que cantas esa canción)-, pregunta con voz que el muchacho percibe es de amenaza.

Allí, Andrés Cuenca Saldívar le cuenta cómo vino a parar la letra a sus manos.

- Máva mba'eha pe poesía nde ere (De quién crees que es la poesía)

- Ndaikuaaietevoi (No tengo la menor idea)

- Reikuaa haguã che ra'y péa che letra hína. Ascriviva'ekue MARCIANA DE LA VEGA-pe heta oñopûgui che korãsõ ha iñambuégui chehegui imborayhu. Che ha'e la EMILIANO R. FERNÁNDEZ hína (Para que sepas, mi hijo, esa letra es mía. Le escribí a Marciana de la Vega por los sufrimientos que ocasionó a mi corazón al no corresponderme más. Yo soy EMILIANO R. FERNÁNDEZ)

Andrés queda mudo, estupefacto. Había escuchado hablar de ese poeta, pero jamás pensó que la letra a la que le puso música sería de él.

- Ndaipóri problema mi hijo. Che gusta la rejapóva (No hay problema. Me gusta tu melodía)-, le tranquilizó. Y sacó de su bolsillo Ko'ape che avy'ave y Arribeño purahéi (que luego se llamó BARCINO KOLI) para entregarle.

- Ãvã avei rejapóta ñandéve porque nde vale (También a éstos le vas a poner música porque eres capaz).

Se pasaron las manos y se despidieron. Cada uno volvió a lo suyo. Emiliano a los caminos y la poesía. Andrés Cuenca Saldívar a la música y a los caballos.


(Tomado de Portal Guaraní)

Aqui con la magistral interpretación de Juan Carlos Oviedo y los Hnos. Acuña:

Barcino Koli - J. C. Oviedo y Los Hnos. Acuña

Cornelio Ruiz Díaz estuvo varias veces en la zona de Caballero. Una vez fue en 1930, cuando le escribió Guavira poty a Carmen Mónica Grance", recuerda el hombre que se alistó en el temible regimiento Valois Rivarola, en la Guerra del Chaco (Emiliano R. Fernandez).

"La polca Barcino koli nació en la compañía Pirajuvy, del distrito de Caballero, y no tiene nada que ver con el pueblo de Pirayú, como a veces equivocadamente se menciona. Está al lado de la compañía Potrero Naranja. Queda a cuatro kilómetros del centro. Le dedicó a Máxima Ozuna, bella joven oriunda del lugar. Habrá escrito alrededor de 1930, poco antes o poco después", recuerda.

La letra de la música va dando detalles de la historia. Emiliano le había visto por primera vez en Pirajuvy y luego en la estación de Caballero, estando ella acompañada de un niño.

"Cuando Emiliano habla de un hombre que mira a cierta distancia y con cara de enojado se refería a Manuel Cuellar, pretendiente de Máxima. Trabajaba frente a la estación, en la aserradora de la familia Serafini, que exportaba madera a la Argentina. Alzaban al tren y enviaban la carga. Él estaba viendo cómo un hombre ya "racional" le abordaba a la mujer que él quería o que, al menos, le gustaba".

Emiliano, en la poesía a la que Andrés Cuenca Saldívar le pondría música, despliega sus artes de seductor. Establece las opciones, siendo todas favorables a sus intenciones. Al final el perro de pelaje barcino parecería ofrecer un obstáculo insalvable. El poeta, sin embargo, revela que ya trabó amistad con él y que no sería un escollo si es que ella dejara entreabierta la puerta de su dormitorio.

"El resto de lo que ocurre no se conoce. Yo cuento hasta donde pude saber", concluye don Cornelio.

Aqui la gran interpretación de Juan Carlos Acuña y los hermanos Acuña: